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Homilía en esquema XXVIII domingo ordinario (c)

ES DE BIEN NACIDOS EL SER AGRADECIDOS

 

INTRODUCCIÓN

Hay personas que se esfuerzan por adquirir rarezas: piezas únicas en el mundo. Y así coleccionan obras de arte o muestras únicas de la naturaleza. Esa rareza que las hace exclusivas aumenta su valor exponencialmente.

Hoy la liturgia nos muestra la grandeza de una virtud muy rara, que debería darse en toda persona, pero que desgraciadamente no es tan frecuente. Es la virtud de la gratitud.

PROPOSICIÓN

Es de bien nacidos ser agradecidos

DESARROLLO:

Lo primero que suelen enseñar los padres a sus hijos es esto. Cuando un niño recibe un regalo, un dulce… lo primero que oímos del papá o de la mamá es esto: “Niño, ¿qué se dice?”

  1. Brilla en primer lugar la gratitud de Naamán el sirio.
    1. Al verse libre de la lepra regresa a dar gracias al profeta Eliseo.
    2. Eliseo no acepta los regalos.
    3. Naamán agradece entonces con una profesión de fe en el Dios de Israel, el único Dios a quien él adorará de ahora en adelante.
  2. La gratitud es tan rara que el mismo Jesús se extrañó de que solo uno volviera
    1. Cuando recibimos un favor, nos olvidamos enseguida de quien nos lo ha procurado.
    2. ¿Por qué sucede esto? Misterio.
      1. Porque seguimos siendo el centro de nuestras aspiraciones
      2. Porque tenemos atrofiada la capacidad de reconocer los méritos de los demás.
  • Inconscientemente pensamos que todo nos es debido.
  1. Ejercitémonos en la gratitud.
    1. Reconozcamos los méritos de los demás
    2. Agradezcamos siempre los favores recibidos. Y hagámoslo de inmediato.
    3. Y no olvidemos que la Misa es la mejor manera de agradecer a Dios sus dones.
      1. Eucaristía significa acción de gracias.
      2. La vida cristiana se basa en la gratitud, quizá por eso es raro encontrar cristianos de verdad.

 

CONCLUSIÓN

Dediquemos tiempo y obras a la gratitud. Regresemos a dar gracias a Dios y a los demás, como lo hicieron los dos leprosos que hemos encontrado en la liturgia de hoy. Y nunca olvidemos que es de bien nacidos ser agradecidos.

P. AGUSTÍN DE LA VEGA, LC