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Homilía IV Domingo de Cuaresma (C)

Domingo Laetare

INTRODUCCIÓN
Hoy es un día de alegría ante la proximidad de las fiestas pascuales. En la Cuaresma tomamos conciencia de que somos pecadores; y como el hijo pródigo hemos emprendido el itinerario penitencia para volver a la casa del Padre.

De esta manera entramos en los sentimientos de Dios que hoy nos dice: “Era preciso alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”

Es tiempo por tanto de descubrir que es Dios.

 

PROPOSICIÓN

Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor

DESARROLLO:
Ninguno de los dos hijos de la parábola había descubierto la bondad de su padre.

  1. Ambos le temen:
    1. El menor porque tras ofenderle reclamando la parte de hacienda que le corresponde y machándose, teme la reprimenda del padre si regresa tras lapidar la herencia.
    2. El mayor trabaja y cumple las órdenes del padre para no disgustarle pues le teme.
  2. Desconocen que su padre es bondadoso y capaz de la alegría.
    1. El hijo menor queda asombrado del recibimiento con abrazo, besos y dones
    2. Y el mayor queda descolocado al ver la bondad de su padre, pues esperaba lo que el temía, la reprimenda al su hermano menor.
    3. Y desgraciadamente hoy en día muchos católicos y siguen teniendo esta idea de Dios:
      1. Un Dios al que hay que temer
      2. Un Dios lejano y en cierta forma enemigo.
    4. Es necesario, por tanto hacer la experiencia de la misericordia y bondad de Dios
      1. Haz la prueba y verás que bueno es el Señor
      2. Entonces entenderás lo que es la profunda alegría de un Dios que se alegra por un pecador que se convierte.

CONCLUSIÓN

Descubramos al Señor que nos atropella con su amor. Un amor de Padre bondadoso, misericordioso, atento a nuestras necesidades y que sale a nuestro encuentro. Déjate encontrar, no te escondas en tus miedos y temores o en el falso concepto que te has creado de Él.

¡Haz la prueba y verás que bueno es el Señor!

P. Agustín de La Vega, LC