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Homilía en esquema I domingo de Cuaresma

I DOMINGO DE CUARESMA (C)

 

INTRODUCCIÓN
Hoy en día está de moda tener un PLAN B, por si acaso las cosas que pretendemos realizar no van o no salen según lo previsto.

En este primer domingo de cuaresma nos encontramos al demonio proponiéndole a Jesús “un plan alternativo de salvación”, un PLAN B que no sea tan exigente y complicado.

 

PROPOSICIÓN
Hoy la Iglesia nos invita a renunciar a los planes alternativos de santificación “low cost”

DESARROLLO:

  1. ¿Qué es la tentación?
    1. La tentación es el encuentro entre una buena conciencia y la atracción del mal y en la forma más insidiosa de todas.
    2. De hecho el mal no se presenta con su rostro real, que es el de un enemigo horrible y aterrador.
    3. Sucede justo lo contrario: la tentación es la simulación del bien y por eso aparece como PLAN B
  2. ¿Por qué no puede haber planes alternativos en este campo?
    1. Las tres respuestas de Jesús nos dicen claramente que la salvación solo puede venir de Dios.
    2. Sin embargo cuántas veces nosotros nos dejamos engañar buscando soluciones a nuestros problemas que son, escondidamente, pactos con el enemigo.
      1. “Mañana lo hago…”
      2. “Hoy estoy muy cansado… rezaré en otro momento…”
    3. De esta manera las resoluciones tomadas en la oración o en un retiro se quedan en la lista de tareas por realizar por falta de determinación
  3. ¿Es posible librarnos de la tentación?
    1. San Agustín nos dice que nuca somos tentados por encima de nuestras fuerzas y si sentimos desfallecer, entonces hay que pedir confiadamente la ayuda de Dios.
    2. Por otra parte también San Agustín indica que “nuestra vida en esta peregrinación no puede estar sin tentaciones, ya que nuestro progreso se realiza precisamente a través de la tentación, y nadie se conoce a si mismo si no es tentado, ni puede ser coronado si no ha vencido, ni vencer si no ha combatido, ni combatir si carece de enemigo y tentaciones”.

 

CONCLUSIÓN
Nunca cedamos al PLAN B que nos ofrece la tentación, antes al contrario veamos las tentaciones como la oportunidad de probar a Jesucristo nuestro amor y la ocasión para reforzar nuestra opción por Él.

P. Agustín de La Vega, LC