Homilía 6 de enero Epifanía del Señor
EL REGALO PARA DIOS
INTRODUCCIÓN
Una persona perversa resuelve hacer un presente a una persona pobre por su aniversario e irónicamente manda preparar una bandeja llena de basura y desperdicios.
En presencia de todos, manda entregar el presente, que es recibido con alegría por el agasajado.
Gentilmente, el agasajado agradece y pide que lo espere un instante, ya que le gustaría poder retribuir la gentileza.
Tira la basura, lava la bandeja, la cubre de flores, y la devuelve con un papel, donde dice:
— «Cada uno da lo que posee.»
Dios nos ha regalado a su Hijo. Los magos de oriente le regalan oro, incienso y mirra. Por muy miserable que seas tu no le puedes regalar basura.
PROPOSICIÓN
Dale a Jesús el oro de tus buenas obras, el incienso de tu oración y la mirra de tus sacrificios
DESARROLLO:
Epifanía significa manifestación. Dios se manifiesta es esplendor y al mismo tiempo en humildad. Y se manifiesta a todos los pueblos.
- Que te adoren Señor todos los pueblos (salmo responsorial)
- De oriente a occidente, de norte a su el Señor reina
- Es un Dios para todos, para el fuerte y el débil, con entrañas de compasión para el pobre y desdichado
- Esos somos nosotros. Que debíamos recibir solo basura por nuestros actos.
- Pero Dios nos da lo más preciado que tiene: Su Hijo
- Por eso Señor, que te adoren todos los pueblos
- “Hemos visto su estrella y venimos a adorarlo”
- No hay mejor regalo que le podamos dar a Dios que nuestra adoración.
- Esto implica ponerse en camino, salir de la tierra de nuestra comodidad e ir al encuentro de aquel que nos guiará por un camino que desconocemos, pero que disfruta de la seguridad de una estrella.
- ¿Por qué hoy día nos cuesta adorar a Dios?
- Posiblemente porque estamos muy apegados a la tierra
- Porque nos cuesta abrir la puerta de para en par a Dios
- Preparemos nuestros regalos a Dios que se nos regala
- El oro de nuestras buenas obras
- El incienso de nuestra oración diaria
- La mirra de nuestro sacrificio: actos de desprendimiento de nosotros mismos, encaminados para el servicio de los demás.
CONCLUSIÓN
Cada uno regala de lo que tiene.
¿Qué le vas a regalar a Jesús el día de hoy? Regálale tiempo de calidad y no las migajas y desperdicios de tus jornadas.
P. Agustín de La Vega, LC