HOMILÍA XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, C
CORDEROS QUE VENCEN A LOS LOBOS
INTRODUCCIÓN
¿A quien se le ocurre enviar unos corderos para defender su finca del ataque de los lobos? Sólo a Jesucristo. Y además los envía desprovistos de todo.
¿Por qué? Para dejar claro que Él, el príncipe de la paz acompaña a sus ovejas.
PROPOSICIÓN
Lleva siempre el mensaje de la paz y la alegría
DESARROLLO:
Efectivamente, Cristo camina a nuestro lado en la vida y nos quiere mensajeros de su paz.
- Sorprende que Jesús nos envíe sin nada, como corderos en medio de lobos.
- Nos está indicando cómo hemos de ir revestidos:
- Con la sencillez del cordero
- Con la humildad de la oveja
- Nos está indicando cómo hemos de ir revestidos:
- Y llenos de una paz interior que solo Jesús puede dar
- La mansedumbre desarma a cualquier enemigo, por feroz que parezca.
- El mensaje que hemos de llevar es la paz
- Ésta es la aspiración profunda de todo ser humano: paz exterior y, sobre todo, paz interior
- Este es el anuncio que hay que comunicar, sin dejarnos seducir por las preocupaciones del mundo.
- Por eso, sorprendentemente, nos dice San Pablo que no se gloría en otra cosa sino en la cruz de Jesucristo, “por quien el mundo está crucificado para mi y yo para el mundo”.
- Paradójicamente, la alegría y la paz brotan de la cruz y del dolor
- Sólo quien lo haya experimentado puede dar razón de ello.
CONCLUSIÓN
La lectura del profeta Isaías nos sitúa en el horizonte de una gran promesa: alegría y consuelo ante la presencia y la obra del Señor. Es el gozo y la alegría del cordero que se enfrenta a los lobos y los derrota con su sencillez.
Vivamos con estas actitudes en nuestra vida de familia, en nuestro trabajo, en nuestra actividad social. Así venceremos siempre.
P. AGUSTÍN DE LA VEGA, LC