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Homilía III domingo tiempo ordinario, C

DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS

INTRODUCCIÓN
Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones, y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.

Pasando unos meses, el maestro informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente, pero que no sabía que le sucedía al otro: no se había movido de la rama donde lo había dejado desde el día de su llegada.

Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió. Al día siguiente, por la ventana, el monarca pudo observar que el ave aún continuaba inmóvil.

Entonces decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón. A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines. El rey dijo a su corte que llevara a su presencia al autor del milagro.

Su corte rápidamente le presentó a un campesino. El rey le preguntó:

— «¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago?»

Intimidado, el campesino dijo al rey:

— «Fue fácil, mi rey… Tan sólo corté la rama y el halcón voló… Se dio cuenta de que tenía alas y se lanzó a volar».

Lo mismo sucede con la Palabra de Dios. Tenemos que cortar con la rama de la superficialidad, del entretenimiento barato, de las lecturas superficiales y de las pantallas cautivadoras, para descubrir el poder de la lectura de la Palabra de Dios que nos hará volar hacia el encuentro con Dios y la santidad.

PROPOSICIÓN
Haz de la Palabra de Dios tu alimento diario.

 

DESARROLLO:
Hoy celebramos el Domingo de la Palabra de Dios. Una fiesta establecida por el Papa Francisco hace dos años y que busca no otra cosa, sino que valoremos y hagamos de la Sagrada Escritura la hoja de ruta en nuestro peregrinar por el mundo.

  1. La Palabra de Dios es penetrante
    1. Cuando Esdras y los levitas leían la Palabra, el pueblo se estremecía y lloraba.
    2. La Palabra tiene el poder de penetrar e iluminar los rincones más profundos del alma.
  2. La Palabra de Dios unifica y da vida
    1. Al igual que los miembros del cuerpo, siendo distintos son uno, así la palabra de Dios da vida y genera unidad en todos los miembros de la Iglesia.
    2. Es una palabra que nunca vuelve sin dar fruto.
  3. La Palabra de Dios consuela y cautiva
    1. Todos tenemos la experiencia de que, habiendo escuchado un fragmento del Evangelio o de cualquier otro libro de la sagrada Biblia, hemos sido iluminados y consolados.
    2. Tal fue la experiencia de los de la sinagoga en Nazaret, que quedaron cautivados, con los ojos fijos en Jesús, una vez que oyeron la proclamación de la Palabra.
    3. Leer la Escritura es fijar los ojos en Jesús.
    4. Y como muy acertadamente decía San Jerónimo, desconocer la Sagrada Escritura es desconocer a Cristo

CONCLUSIÓN
Levanta el vuelo. Deja de arrastrarte por los caminos de lodo y tierra del mundo, y elévate a lo alto con la lectura asidua de la Palabra de Dios.

Corta la rama, corta las ataduras que te impiden volar.

P. Agustín de La Vega, LC