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Homilía 25 de diciembre Navidad

NAVIDAD

MISA DEL DÍA, C

LAS CUERDAS DEL ALMA, AFINADAS 

INTRODUCCCIÓN
Un anciano violinista ciego tocaba villancicos en una concurrida calle de una ciudad del norte de Italia en vísperas de la Navidad. De vez en cuando, se inclinaba para palpar el estuche de su violín, por si le habían dejado alguna moneda los transeúntes, pero seguía vacío. En esas se le acercó un hombre envuelto en un grueso gabán, le pidió un momento el violín, se puso a afinarlo, y empezó a tocar villancicos y otras melodías con el violín. El viejo aciano no creía que su viejo violín pudiera sonar tan maravillosamente.

El anciano percibía que se había reunido alrededor mucha gente. Pasados diez minutos, el hombre del gabán le devuelve el violín al anciano ciego al tiempo que le dice: “Muchas gracias por prestarme su violín”, y se marchó.

Enseguida el anciano se inclina para palpar el estuche de su violín y lo encuentra lleno de billetes. Se incorpora y, agarrando a uno de los que todavía estaban ahí, le pregunta: “¿Quién era ese señor?”. Y el transeúnte le responde: “Era el maestro Paganini”

 

PROPOSICIÓN

Cristo quiere afinar tu alma esta Navidad. Préstasela.

DESARROLLO
Por lo general, con el paso de los días en esta vida ordinaria tan enloquecida en la que vivimos, llegamos a perder el tono espiritual de nuestra vida, y nuestra alma se “desafina”.

La Navidad viene a devolvernos el sentido de lo sagrado y a poner nuestra alma a tono para poder cantar al Señor el cántico nuevo que nos menciona el salmo responsorial.

¿Cuáles son las cuerdas que hay que afinar?

  1. La “cuerda” de tu MEMORIA: Por eso Isaías nos dice que es hermoso ver al mensajero que anuncia, que nos recuerda la paz.
    1. No olvidar el anuncio de la buena nueva: de que estamos salvados; de que Cristo es nuestra paz.
    2. Recordar en Navidad: todas las grandes cosas que Dios ha hecho en tu vida.
    3. Déjale afinar tu memoria, pues somos fáciles para olvidar lo que Dios ha hecho por nosotros.
  2. La “cuerda” de tu INTELIGENCIA: Para que se ilumine con el resplandor de la Gloria de Dios, como nos dice la Carta a los hebreos.
    1. Verdades que han de impregnar nuestra inteligencia
      1. Dios fiel a su ser, y sostén de todas las cosas
      2. Nos ha purificado de nuestros pecados
  • «Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy».
  1. «Yo seré para él un padre y él será para mi un hijo».
  1. Inteligencia penetrante para adorar al Dios hecho hombre, y no hacer de la Navidad una fiesta meramente sentimental cuyos efectos se borran al día siguiente.
  1. La “cuerda” de tu VOLUNTAD: Para que no nos repita la historia de que vino a los suyos y los suyos no lo recibieron.
    1. Voluntad para dar testimonio de la luz. No simplemente buenos deseos, sino propósitos firmes
    2. Para que la Buena Nueva del nacimiento de Cristo se transforme en una melodía que diariamente resuene en tu corazón.

 

CONCLUSIÓN
Presta tu alma y tu corazón a este niño que nace, para que él afine tu alma, tu memoria, tu inteligencia y tu voluntad, y empiece a tocar en ella la melodía que le plazca; y te conviertas en una persona que se rige por lo más profundo de su ser, y no por meros sentimientos ocasionales.

Puede ser que así recobres incluso la vista y descubras el paso de Dios por tu vida, como en parte le sucedió a aquel anciano ciego violinista.

P. Agustín De La Vega, LC